Un curso de primeros auxilios marcó sus inicios en la Seccional Antioquia, ya que sin saberlo, fue el primer acercamiento que tuvo con la Labor Humanitaria, de la cual, se enamoró y continúa aportando hasta el día de hoy. En esa misión encontró un segundo hogar, al lado de personas que pensaban y sentían igual que ella, el llamado voluntario de servir y trabajar con convicción por los menos favorecidos.
Con la determinación que la caracteriza empezó un camino lleno de sueños y metas por cumplir, siempre enfocados al el bienestar de las comunidades más vulnerables y, durante su recorrido, fueron muchos logros cosechados: su graduación como socorrista, hacer parte del grupo de rescate acuático, ser la pionera en la realización de las Brigadas Educativas en la ciudad de Medellín; iniciativa que le permitió desarrollar junto a un equipo de trabajo el proyecto PACO (Paz, Acción y Convivencia) con el que recorrió varios departamentos del País junto a diferentes grupos de voluntarios.
Esta idea innovadora para aquel entonces, buscaba brindar nuevas opciones a los jóvenes de la década de los 80, a través de la educación para la paz y la convivencia social, promoviendo el desarrollo integral de las personas y su comunidad, con el fin de generar estrategias para el crecimiento integral, el desarrollo de valores y factores protectores entre los niños y jóvenes, así como la prevención de la violencia en un momento de la historia marcado por el narcotráfico y las pandillas. Este proyecto innovador, fresco y cercano a las vivencias y gustos de los jóvenes de aquel tiempo, sumado a su sagacidad y espíritu de liderazgo, le permitieron crear vínculos cercanos y de aceptación en ellos, los cuales encontraron una esperanza para un mejor futuro alejados de la violencia y falta de oportunidades, hallando otras opciones de vida basadas en una sana convivencia.
Hoy la señora Amparo continúa trabajando con el proyecto PACO como asesora nacional, siempre al tanto de la transformación y desarrollo de un logro que trascendió en el tiempo, permitiendo que en la actualidad muchos niños y jóvenes de los diferentes barrios de la ciudad puedan disfrutan de un acompañamiento por parte de la Seccional Antioquia y el apoyo de la Cruz Roja Noruega.
Al mirar atrás, recuerda con alegría su momento como voluntaria activa, su afán por el bienestar de los demás, sus vivencias en el Proyecto al cual le entregó su corazón y todas aquellas que le permitieron descubrir cosas fascinantes y enriquecedoras en las diferentes comunidades que visitó. A medida que pasan los años se van acumulando fotos, memorias y recuerdos que construyen una historia de vida; historias como la de doña Amparo, una mujer con ideas que traspasaron las barreras del tiempo y ha dejado huella en la Seccional Antioquia.
La Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia agradece su empeño y ganas de creer que el servicio y la entrega desinteresada por el otro transforman la vida de los seres humanos; una enseñanza y un voluntariado que perdurará en el corazón de la familia Cruz Rojista por muchas generaciones.
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